Una tarde con Peppa Pig

¿Qué tendrá la famosa cerdita que gusta tanto a los niños? Las mías son fans absolutas y mi sobrino también, así que vimos que actuaba en un centro comercial y allá que nos fuimos. Nos tocó hacer una cola de más de media hora pero los tres aguantaron la espera como jabatos.

Carlota y Tiziana le prepararon hasta unos dibujos, que guardaron como oro en paño hasta que se los pudieron dar en mano. 

Y por fin empezó el espectáculo. Sus caras lo dicen todo...

 Yo creo que la emoción se une a una cierta extrañeza (incluso susto) al ver a su personaje favorito en tamaño XXL

Carlota ya la había visto en otra ocasión en una librería pero esto era más divertido porque hacían un teatrillo muy participativo. Estaban tan absortas que ni saltaban cuando había que saltar, ni gritaban lo que había que gritar. Eso sí, los ojos, como platos.

Y por fin llegó el turno de la foto con Peppa y de entregarle los dibujos. Carlota, con risilla nerviosa de pura timidez, Tiziana, medio alucinada, y mi sobrinito Roque con un susto que se moría jajaja (por cierto, ya que mi cuñada me ha dado permiso para sacarlo en el blog, un día si me deja tengo que hacerle una súper sesión de fotos. No sabéis cómo es de bonito mi ahijado, para comérselo) 

Después del momentazo con Peppa, nos fuimos de tiendecillas... 

Por decir algo, porque los niños estaban desatados...

La verdad es que nos gusta más estar al aire libre que metidos en un centro comercial pero tampoco hay que ser radicales: de vez en cuando tampoco está mal, los niños se lo pasan bien.

¿Aquí qué creéis que está haciendo Tiziana? 

A) simplemente se ha caído y se está levantando

B) Tiene una pataleta

C) está haciendo una especie de break-dance estilo libre

¡Sí! la respuesta correcta es la C (la madre que la parió...)

Bueno, los vestidos ya los conocéis de otras veces: Carlota lleva uno de Nini con bailarinas Vulnanes, y Tiziana, un Pilar Batanero con zapatos Nanos.

Si algo siempre he envidiado es a esos niños que van tan a gusto sentados en su sillita por los centros comerciales o en cualquier lugar concurrido. Yo apenas lo he vivido porque mis niñas se levantaban del carrito ya con 10 u 11 meses, se quitaban los arneses y pedían suelo. Hace mucho tiempo que no tengo carro, ni silla tipo paraguas ni nada, y estamos acostumbrados a llevarlas andando a todas partes aunque tengan que caminar durante una hora o dos (me han salido atletas) Pero fue ver la sillita de su primo, y Tiziana se subió y ahí se quedó sentada tan pancha cual marquesa. Carlota, claro, vio la ocasión perfecta para ejercer de hermana mayor.

¡Me las zampo cuando tienen estos gestos espontáneos!

Y ya cuando nos cansamos fuimos a una cafetería... Tiziana había recuperado sus fuerzas y se sentía en su salsa, qué tía...

Aquí, persiguiendo a su primito para darle un beso. Son geniales.

¿Estás cómoda, Tiziana?

Roque no duda un segundo en pasar por debajo de este puente tan chulo jajajaja ¡Vaya dos!

Me encanta lo bien que se llevan y cómo se entienden casi sin palabras. Bueno, mi sobrino es un loro que habla por los codos pero ya me entendéis: quiero decir que los niños pequeños tienen una habilidad tremenda de interactúar con sus iguales sin apenas abrir el pico. Es increíble.

Y me encanta que crezcan juntos. Ya sabéis que Madrid es una ciudad grande. Nosotros vivimos a media hora de ellos, por lo que tampoco podemos vernos a diario pero lo pasamos genial cuando lo hacemos y -ya lo hablaba el otro día con mi marido- tenemos que repetirlo más a menudo porque los primitos se lo pasan bomba juntos y... ¡nosotros también disfrutamos un montón!

Pues con esto me despido hasta la próxima. Me he roto el meñique del pie derecho y el médico me ha dicho que esté en reposo todo lo que pueda, así que aprovechando la tesitura, intentaré actualizar el blog más a menudo. 

¡Pasadlo bien! ¡Besos!