Antes de nada aviso de que esta entrada va a ser posiblemente la más larga hasta el momento pero me entró morriña del verano pasado y me di cuenta de que mi familia italiana aún no había visto estas fotos, y de paso si alguno de vosotros va a viajar por Italia este verano, le pueden servir mis recomendaciones. ¡Empezamos!
PADUA
Mi marido es de Padua, una pequeña ciudad al norte de Italia, a media hora de Venecia. Allí vamos siempre que podemos. Es famosa por San Antonio y, por tanto, un punto de peregrinación católica importante. Pero para mí es mucho más que eso: es la ciudad de Giotto y de su magistral Capilla de los Scrovegni (¡¡imperdible!!), es la ciudad de plazas preciosas y de la segunda universidad más antigua del mundo. Puedes recorrer el centro andando sin problema. Sólo tiene un pequeño inconveniente, y es que en verano hace mucho calor. No es que la temperatura sea muy alta pero hay mucha humedad, lo que a veces da sensación de sofoco. De todas formas... ¡nada que no arregle un buen helado!
Os aconsejo esta heladería situada en pleno centro. Se llama "Pasticceria Giotto dal Carcere di Padova" (via Eremitani 1) y sus helados son... ¡alucinantes! Los hacen los presos de la ciudad con ingredientes 100% naturales, locales y estacionales. Yo elegí uno de higo y aún recuerdo su sabor. ¡Increíble! Las niñas también los disfrutaron muchísimo...
Pero si algo me gusta de Padua es su arquitectura y sus callejuelas, sobre todo las del Barrio Judío, con sus soportales, que recorren toda la ciudad, su suelo empedrado, su bella decadencia...
Famosísimo también el Café Pedrochi (via VIII Febbraio nº 15), creo que es el más antiguo de Italia, todo un emblema de la ciudad. Frecuentado por escritores, intelectuales y artistas desde el siglo XVIII, hoy está abierto a todos. Sus precios no son nada abusivos y tienen constantemente un programa de actividades culturales. Si vais, pedid el Café Pedrocchi (se pronuncia Pedroqui) alla menta e lo zabaione “Stendhal” aunque si no os queréis sentar, simplemente podéis admirar su arquitectura neoclásica y, por supuesto, ¡hay que subirse a sus famosísimos leones de mármol! Dicen los padovanos que no hay un solo lugareño que no se haya subido, así que... donde fueres, haz lo que vieres...
Me encanta el turismo de ciudad. Hay quien con niños no se atreve porque quizá no hay tantos parques, ni columpios, ni piscinas... pero os aseguro que las mías se lo pasaron pipa.
Aquí están las dos con la famosa tía Ele, que siempre se las gana desde el minuto 0. Esto es en una de las plazas, la del reloj o "de los señores", en italiano Piazza dei Signori también llamada Piazza della Signoria. Por la noche hay mucho ambientillo. Hay otras tres plazas famosas en Padua, a cada cual más cuca: Piazza delle Erbe, Piazza della Frutta y Piazza Prato della Valle. Hay más, por supuesto, pero estas son las más importantes.
Y esta otra es la Piazza delle Erbe, con el gran Palazzo della Ragione presidiéndola. Por la mañana encontraréis mercado y por la tarde-noche se llena de terracitas donde tomar el apertivo. No dejéis de pedir un Spritz, el vermut típico de la zona. Baratísimo y siempre apetecible.
Además Padua es en su mayor parte peatonal, así que los viandantes son unos privilegiados. Se ven casi únicamente peatones y bicicletas. Nosotros las tenemos allí a disposición pero no es mala idea alquilar una bici para moverse por la ciudad.
Aquí veis a Carlota en lo alto del Palazzo della Ragione, que también llaman simplemente Il Salone (el salón) Os aconsejo que subáis, sobre todo por las vistas de la plaza. Dentro además hay frescos del siglo XV, un gigantesco caballo de madera del mismo siglo y el famoso péndulo de Focault.
VENECIA
¿Qué decir de Venecia que no se haya dicho? Es sin duda mi ciudad favorita de todo el mundo. Da igual que esté atestada de turistas, da igual que esté ruinosa, da igual que cada invierno se inunde... caminar por allí es como hacerlo en un mundo extraordinario, como si no fuera de este planeta, como si paseáramos por un enorme escenario de película o un cuadro tan real que asusta. Cada desconchón de las casas, cada color, cada rincón decadente es belleza en estado puro, al menos para mí.
Una ciudad incómoda para los lugareños, porque no tiene carreteras, ni metro, ni autobuses ni nada que se le parezca. Imaginad una persecución policial en lanchas, o una mudanza en barco, o un entierro... Pero todo lo incómodo que es para ellos para nosotros se convierte en algo mágico: una ciudad sobre el agua... ¡Guau! Si podéis hacer noche allí os lo aconsejo fehacientemente. No sabéis lo que es cuando la mayoría de los turistas de los cruceros y de las excursiones de un día se marchan, el sol cae, se hace el silencio y el brillo de la luna y de las pequeñas farolas iluminan sus callecitas de piedra y sus canales... ¡quita el aliento!
Es muy fácil perderse en Venecia pero no importa porque cada calle que encontréis tendrá una iglesia increíble, unas casitas de colores de cuento, un canal maravilloso...
Nosotros en esta ocasión elegimos el día más caluroso de todo el año para visitarla y la verdad es que fue duro. Había una humedad sofocante, que unida al calor nos tiró la tensión por los suelos. Las niñas estaban que se caían. Compramos hasta los típicos sombreros de suvenir, ¡con eso os lo digo todo! Si vais en verano, llevad sombrero, abanico, mucha agua y crema para el sol. ¡Ah, y antimosquitos! que no veas cómo pican por allí... A Carlota la acribillaron, pobre...
Menos mal que llevaban los vestidos tan fresquitos de No sin Valentina pero aún así no soplaba ni una brizna de aire...
Es imposible recomendaros todos los monumentos de Venecia porque no terminaría ni mañana. Quizá os apetezca un paseo en góndola. Son carísimos (unos 80 euros por viaje) y hacen casi el mismo recorrido que cualquier vaporetto (equivalentes a los autobuses) pero reconozco que al menos una vez en la vida hay que hacerlo y que algo de romántico sí que tienen.
Y, por supuesto, no pueden faltar el Puente de Rialto y la Plaza de San Marcos con su basílica.
Callejeando encontraréis tiendas de máscaras artesanales increíbles.
¡Y también son muy típicas en Venecia las pastelerías! A Carlota y Tiziana les hacían los ojos chiribitas, y, por supuesto, probamos algunos dulces típicos, como los bussolà y los zaeti.
La pastelería más famosa de Venecia se llama Tonolò (Calle San Pantalon, 3764) Os daréis cuenta de la influencia española en los nombres: allí las "vías" son "calles", directamente.
Las heladerías y restaurantes están también por todas partes pero pensad que es una ciudad totalmente orientada al turismo, por lo que hay que alejarse de las masas para poder encontrar comida de calidad. Desconfiad de los menús del día y todo eso, son platos recalentados sin más. Buscad autenticidad en pequeñas cantinas, enotecas y bares donde sólo oigáis italiano o veneto (el dialecto de la zona)
Yo puedo recomendaros estos restaurantes en los que hemos comido muy bien y a un precio más que decente:
DA CODROMA (cerrado sábado a mediodía y domingo)
Ideal para tapear. Allí las tapas se llaman cicheti (se dice “chiqueti”) Dirección:
Dorsoduro, 2540. Fondamenta Briati. Para llegar, coged el vaporetto hasta la
parada San Basilio
- PRONTO PESCE PRONTO. San Polo, 319 (cerrado
domingo y lunes)
- LA VECIA CARBONERA. Ideal para tapas y vinos.
Para llegar, desde la estación coged la calle que va hacia el Puente de Rialto
y te lo encuentras pasados unos 10 minutos.
TREVISO
Bueno, realmente no os voy a hablar de la ciudad de Treviso, sino de un pueblo dentro de la provincia que se llama POSSAGNO. Aquí está la casa de mi concuñado (¿¿habéis visto qué pedazo de casa??) Y si vais a Treviso os recomiendo que os acerquéis a esta localidad porque tiene una zona museística preciosa.
Conretamente nosotros entramos en el Museo de Antonio Canova, un escultor neoclásico no muy conocido por aquí pero que nos dejó sin palabras...
Además, a las niñas les gustó mucho ver el proceso de cómo esculpía, sus herramientas, su habitación, etc... porque el museo está en su propia casa.
Y también tiene unos curiosos columpios... jajajaja
Aparte del museo, hay un enorme templo neoclásico y unos jardines de película
Y lo mejor, de lo mejor, después de la visita es acercarse a VALDOBBIADENE, la zona del vino blanco prosecco (tipo cava), donde hay viñedos y sus correspondientes bodegas y agroturismos. Allí podéis tomar unas copas y cenar de forma increíble al aire libre.
Por desgracia para entonces se me había agotado la batería de la cámara pero aún teníamos el comodín del móvil.
No puedo dejar de recomerdaros este agroturismo / hotel rural en el que paramos nosotros. ¡¡Estaba todo increíble!!. Se llama Riva de Milan (via Erizzo, 148. Valdobbiadene)
BASILICATA
Por último, ya no tiene nada que ver con la zona del norte, pero mi suegro tiene una casa de vacaciones en el sur de Italia, y allí pasamos también parte de los veranos. Es una región poco conocida pero de mucha riqueza: hay mar, montaña, termas, pueblitos con encanto y naturaleza exhuberante. Pero para las niñas es sobre todo el pueblo donde jugar hasta las mil, donde hablar con los vecinos en italiano, donde conocer la Italia profunda.
Allí celebró también Tiziana su cumpleaños con la familia más cercana.
Y con esta foto que me roba el corazón me despido. Hoy no os quejaréis. Y si alguien viaja a Italia y tiene alguna duda, ¡aquí me tenéis para lo que os pueda ayudar!
¡Arrivederci!