¡Dos semanas para Navidad!

Faltan poco más de dos semanas para la Navidad y en casa ya se va respirando el ambientillo de fiesta. Este puente, como ya os adelanté, ha sido un no parar: entre la llegada de mi hermana de Australia (¡eso merece una entrada aparte!), el cumpleaños de mi hermano, y sacar del armario todos los adornos navideños, no hemos tenido tiempo para mucho más.  Y digo "sacar los adornos" y no "ponerlos" porque muchos se han quedado sin colocar, sin ir más lejos, el belén, las coronas, etc, etc...

¡Vaya dos ayudantes que me he echado! Para ser sincera, Carlota bien podría dedicarse a ser paje real: trata todos los adornos con delicadeza y me ayuda de verdad...

Pero Tiziana... ¡ay, Tiziana! Para ella, el mando de las luces del árbol es un móvil con el que hablar por toda la casa. Lo coge 40 veces al día y va tirando del cable hasta casi tirar el árbol con los adornos puestos. ¡Menos mal que el cable es largo! Las cajas de adorno del suelo, os lo podéis imaginar: si no las descoloca mil veces al día no se queda contenta. Y las bolas ya ni os cuento: creerá que son pelotas. ¡El problema es que las hay de cristal y de cerámica!

 Definitivamente no es un árbol a prueba de niños pero es que ¡con Carlota nunca me pasó nada parecido! Lo único que tocaba eran las cajas del suelo, pero eso es lo de menos...

 Pero en fin, varias bolas rotas después, el árbol del salón queda oficialmente inaugurado.

Entre las bolas que ha roto Tiziana, las cajas que han aplastado, los lazos que han torcido, las luces que se han fundido, y que este año dejé que colocaran ellas casi todos los adornos a su libre albedrío, pues el resultado es un árbol bien pobretón, pero ya me encargaré yo de mejorarlo. Lo importante es la tarde tan divertida que pasamos. ¡No os imagináis cómo se divirtieron! No sé vosotros, pero yo siempre imaginé este tipo de escenas cuando tuviera niños: todos alrededor del árbol, poniendo las bolas y cantando villancicos... Sé que suena a peli ñoña pero me encanta esa sensación de FAMILIA, qué queréis que os diga...

Bueno, y por supuesto, este año volvemos a tener otro árbol más pequeño -este sí- a prueba de niñas.

El año pasado lo puse en el suelo junto a la ventana de la habitación de Carlota, pero, viendo a la destroyer de su hermana, pensé que no iba a quedar ni una figura en su sitio porque este árbol es pequeñín y ella lo alcalza perfectamente, así que lo he puesto en una cesta y lo he subido a una consola. Así, todos contentos.

Las figuras son de tela y me parecen una auténtica monada. Se las encargué el año pasado a COUTURE MANUELA, que tiene un gusto exquisito. Me chiflan los muñecos tipo galletas de jenjibre y los patines de hielo con los nombres de las niñas. ¡Son lo más!

Este año le he encargado más cositas, que tienen que estar al llegar. Tengo muchísimas ganas de ver sobre todo una bota muy especial que le he pedido. La tenía en mente desde hace muchísimo tiempo y ella aceptó el reto de hacérmela a mi gusto. Si queda como creo ¡va a ser una preciosidad! Ya os la enseñaré...

Bueno, y no hemos dicho nada de los vestiditos de esta entrada, que imagino que habréis reconocido: son de Nanos del pasado invierno y no me pueden gustar más. Los zapatitos de Tiziana también son de Nanos y los de Carlota, de La Cadena. La capota verde es de Foque. 

Y así terminaron mis pajes reales. ¡Como para seguir con las coronas, el belén, las velas...! Bastante tuvieron las pobres jajaja

Pues nada, con esto me despido por hoy pero estaré por aquí de nuevo bien prontito, que os debo unas cuantas entradas, entre ellas la de los regalos de Navidad. ¡No me olvido!

Un beso y ¡feliz semana!