jueves, 10 de marzo de 2011

¡Mil gracias, Marquesita Real!

 

Os conté hace tiempo mi descubrimiento
de una marca que acababa de nacer y que estaba abriéndose con mucho éxito un nicho en el mercado. Era La Marquesita Real. En cuanto la conocí compré dos modelitos preciosos a Carlota. Por aquel entonces (¡hace apenas 4 meses!) sólo unas pocas locas de la moda infantil la conocíamos. El boca a boca hizo que en tiempo récord se colocara en muchísimas tiendas y armarios de España. Hoy los términos “Marquesita Real” en Google obtienen más de 14.000 resultados. Y lo que te rondaré, morena... Es, sin duda, el premio al buen hacer.


Bueno, pues cuando yo escribí aquello, la ‘misteriosa’ creadora de esta marca se puso en contacto conmigo, me dedicó unas palabras cariñosísimas y lo mismo hizo desde su blog  Pero la cosa no quedó ahí: me pidió que aceptara un regalo como agradecimiento. Yo aluciné en colores y por supuesto le dije que no, que no era necesario... pero ella insistió... Estas son cosas que se suelen decir para quedar bien pero la Marquesita Real cumplió con su palabra y, a pesar de haberle reiterado en numerosas ocasiones que la intención es lo que cuenta, que entendía el volumen de trabajo que se le había venido encima en poco tiempo, que gracias de todas formas, que no se molestase... ayer me llegaron estas bellezas a casa.

 

 

Sí, lo habéis visto bien: es un conjunto completo de vestido con su bragota y capota (en concreto el dulce modelo “Costurera Real”) y una preciosa y delicada blusa. Venían envueltas en tul y papel de seda rojo, atados con cintas de raso y una estampa infantil antigua, metidos entre pétalos de tela olorosos, con esto os digo todo. Siento no poneros foto de la presentación pero entenderéis que lo abrí a toda prisa, cual niña con zapatos nuevos. 

Yo de verdad ya no sé cómo agradecerle tanta atención. Desde luego, si ya lo era, ahora me he reafirmado como “Cliente Apóstol”. Para los que sepáis un poco de marketing ya sabréis de qué os hablo. Es el cliente que nunca falla, el que siempre vuelve, el que recomienda, y sí... es, por supuesto, el cliente que toda empresa querría tener y que busca con desesperación. Pero qué queréis que os diga, yo estoy segura de que a la persona que está detrás de La Marquesita Real no le ha movido a la hora de hacer este gesto la mercadotecnia sino el gran corazón y calidad humana que tiene. Siempre he creído a pies juntillas en la Ley del Boomerang: todo lo que das se te devuelve antes o después. 

Yo, a riesgo de parecer pelota, te doy las gracias otra vez, Sara, y te deseo toda la suerte del mundo aunque no la necesitas porque tus vestidos... ¡se venden solos! 

Por cierto, este es el nuevo modelito que le he encargado. ¿No es divino? 

 

¡Gracias, gracias, y más gracias!

domingo, 6 de marzo de 2011

Mi cangurito se hace grande...

 

¿Verdad que esta imagen parece un retrato antiguo? Me gusta la foto pero verdaderamente cuando Carlota me encandila es cuando sonríe... 

 

Cualquiera de estas sonrisas me alegran un día duro... Os decía en el título que mi cangurito se hace grande. Siempre me ha llamado la atención la borsa marsupial de los canguros, una ingeniosa solución para dar a la cría seguridad, cobijo, calor, protección, alimento, descanso... Mientras otros animales tienen que emitir sonidos para avisar a sus retoños en caso de amenaza o peligro, la mamá canguro sólo tiene que huir, con la certeza de que su pequeño estará a salvo dentro de su bolsa. No se conoce una relación más estrecha entre madre e hijo en el mundo animal... 

No es que me haya vuelto fanática de National Geographic ni nada parecido. Es sólo una reflexión que me pasa por la cabeza porque mi niña ha cumplido 10 meses. Ya ha pasado más tiempo fuera que dentro de mi bolsa. También los canguros cuando son tan grandes que no caben en esa curiosa 'mochila' de sus mamás, empiezan a estar más tiempo fuera que dentro y sólo acuden a ella para mamar. A Carlota le pasa lo mismo: comienza a necesitar independencia y libertad de movimientos. Algo extraño y duro para mí, que siempre he sido su cobijo y su alimento. Cada vez toma menos leche materna y un día la lactancia acabará. Temo ese momento a la vez que miro con orgullo a mi niña, que ha crecido sana, sin problemas, y que deja de ser bebé para acercarse a su primer añito. No sé si habéis visto alguna vez cómo los canguros ya 'adolescentes' todavía vuelven a la bolsa de su mami cuando detectan un peligro. Y aunque no caben ni por asomo se meten como pueden de cabeza y dejan las patitas fuera. Yo sólo espero que Carlota pueda confiar en su madre y regresar a mí siempre que quiera. Yo siempre estaré en la sombra para lo que necesite. En fin, que me pongo melancólica... Hablando de movimiento, os pongo una foto de sus primeros pasitos...


Aún necesita ayuda pero tiene mucha fuerza en las piernas. Cualquier día nos sorprenderá. Hoy ha estrenado este vestido de Escada con corte charlestón y ese estampado tipo tapicería que cada día gana más adeptos. Se podría decir que es un vestido para niña más mayor, con ese cuello chimenea, ese corte de bailarina... Creo que lo lucirá mejor en otoño -si aún le vale- pero no me he resistido a probárselo. La chaqueta con capucha también es de Escada y combina a la perfección. Habréis visto que me gusta lo clásico pero a veces lo mezclo con un punto rompedor. En este caso la chaqueta es más moderna, con tejido de sudadera pero también hace guiños al clasicismo con los apliques de encaje en el interior de la capucha o ese primer botón-joya. La capota, una vez más, es hecha a mano. Los leotardos son de Zara y los zapatos, de la Rebotita. 

No me quería despedir hoy sin dar las gracias. Primero a http://mipequenaestrella.blogspot.com/ que me ha concedido el premio "Sweet Blog". ¡¡¡¡¡¡Mil gracias!!!!!!! Y después a esos más de 100 seguidores públicos que os interesáis por cómo Carlota Crece... 

Gracias, de verdad.