Carlota preparada para bajar a la playa con juguetes en mano y kurta de Pasito a Pasito
Ahora el plan con las niñas es algo distinto: ni puedo caminar a buen ritmo por la orilla ni puedo marcharme a bucear dos horas, pero me sigue gustando tanto como siempre. Y pronto llegarán los tiempos de ir a pescar cangrejos, jugar a las palas, saltar olas, alquilar un patín, pasar las noches en el cine de verano bajo el cielo estrellado... Espero meterles el gusanillo pronto y que lo disfruten tanto como yo.
Tiziana ha conocido el mar por vez primera…
En su primer contacto se asustó un poco, todo hay que decirlo
Prefiere verlo a unos metros de distancia, y ahí sí que se queda tranquilita y entretenida
Recuerdo que cuando Carlota tenía su edad –bueno, un pelín más- no había forma de que se estuviera quieta ni un minuto. Tiziana, sin embargo, se puede quedar a ratos en su silla contemplando el panorama con calma absoluta...
Aunque resulte raro ver un carro en la playa, a mí me es mucho más cómodo. Ya os lo he dicho en otras ocasiones pero las sillas tipo paraguas me parecen incomodísimas para los bebés por muy ligeras que sean, y además, si no me equivoco, no tienen ruedas que aguanten todo tipo de terrenos, como las playas de arena.
Y, lo que es más importante, ella está tan feliz en su ‘trono’… con su propia sombrilla y elevada para poder observar todo. Es una pequeña marujilla jeje
Por supuesto también tiene sus ratos de rebozarse en la arena pero al menos algún momentito de tranquilidad nos lo da.
Carlota es toda una profesional de la playa…
Que si ahora castillo de arena, que si ahora me bebo un zumo porque me ha entrado sed… Eso sí, de momento prefiere estar en la arena antes que en el agua.
Bueno, y de esta escena poco hay que explicar…
Pero la chiquitaja es muy insistente…
Al final Carlota se lo acaba dejando. Si es que en el fondo es una buenaza…
Los bañadores que llevan (muchas ya los reconocisteis en la entrada anterior) son de Nanos. Una monada. Están tan ricas en bañador… Por cierto, me he dado cuenta viendo estas fotos de que Tiziana no es tan blanca como yo pensaba. O ya le ha pegado un poco de colorcillo o no me lo explico… Yo tenía a Carlota por la morena de mis hijas y a Tiziana por la blanquita, pero viéndolas así juntas, parece más doradita Tiziana, ¿verdad?
Pues nada, a trabajar duro para levantar el país, que yo seguiré poniéndoos los dientes largos desde aquí. Que conste que mi marido se vuelve a Madrid mañana y me deja sola ante el peligro. A ver qué tal me las apaño yo sola con estas dos locatis durante dos semanas. ¿A que ahora no os doy tanta envidia? Pero pensemos en lo bueno: adoro el mar, el clima está siendo fantástico (no es el calor sofocante de Madrid) y las niñas se están portando razonablemente bien. ¿Qué más queremos?
Más aventuras y desventuras de esta madre y sus dos hijas muy pronto, en próximos capítulos…
¡Feliz semana!